El mundo de la salud cardiovascular está cada vez más interesado en los beneficios que pueden derivarse del contacto con los caballos. Más allá de ser animales de compañía o de trabajo, estudios recientes sugieren que la interacción con caballos podría tener impactos positivos significativos en la salud del corazón humano. Desde la reducción del estrés hasta el aumento de la actividad física, el simple acto de estar cerca de estos animales podría ofrecer una nueva dimensión en el manejo de enfermedades cardíacas y la promoción de un estilo de vida más saludable.

“Se ha demostrado que trabajar cerca de un caballo puede reducir nuestro ritmo cardíaco, la presión arterial, la cantidad de cortisol (hormonas del estrés) y también puede aumentar las endorfinas, que nos hacen sentir bien”, comentan expertos del ámbito. “Así que, con sólo estar cerca de los caballos, nuestro estado de ánimo se eleva y hay una explicación fisiológica que lo explica”.

Es importante destacar que el estudio del impacto terapéutico del contacto con caballos en la psicología clínica es aún un campo joven. Aunque históricamente se ha utilizado la compañía de caballos en sanatorios y hospitales para reconfortar a los enfermos de manera intuitiva, el valor terapéutico de esta interacción no comenzó a investigarse de manera sistemática hasta principios de la década de 1950. Fue entonces cuando el psiquiatra Boris Levinson notó la reacción espontánea que su mascota provocó en un niño autista durante la primera visita a su consulta. Este descubrimiento inicial marcó el inicio de una exploración más profunda sobre cómo la presencia de animales, incluidos los caballos, puede tener efectos beneficiosos en el bienestar emocional y físico de las personas.