En la batalla de las Pirámides en 1798, Napoleón Bonaparte quedó impresionado por la extraordinaria caballería egipcia, especialmente por los caballos Árabes. Decidió llevar varios a Francia, uno de ellos fue un tordo descendiente de la famosa yeguada del sultán Al Malik Al Nassir Muhammad ibn Qalawun, a quien Napoleón bautizó como “Marengo”.
Este caballo se convirtió en el compañero inseparable de Napoleón, llevándolo a numerosas campañas militares, incluyendo la Batalla de Marengo en 1800, donde obtuvieron una victoria crucial para Italia.
El pintor Jacques Louis David inmortalizó a Napoleón montado en un caballo mientras cruzaba los Alpes, aunque en realidad usó una mula para la travesía. Aun así, “Marengo” se mantuvo como el favorito de Napoleón, demostrando su valentía y resistencia en cada batalla.
En la fatídica batalla de Waterloo en 1815, “Marengo” fue capturado por los ingleses, simbolizando la derrota de Napoleón. Aunque su destino fue trágico, “Marengo” pasó a la historia como uno de los caballos históricos que rememoramos hoy en día.
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